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domingo, 2 de diciembre de 2012

Vero. By: Daniel Enguinados

Muchos desastres a tu mente asolaron,
y ellos trajeron la niebla de guerra,
que tu estructura sin piedad destrozaron,
y plantaron en tu alma su bandera.

Caíste entonces en la fatal condena,
de vivir una vida esclavizada,
que creíste que te sería eterna,
teniendo una existencia enmascarada.

Ahora alcanzas a ver la luz solar,
a través de tu máscara agrietada,
pues finalmente te quieres liberar,
de tu armadura desesperada.

Demasiado tiempo la dejaste arraigar,
cuando el miedo inicialmente golpeó,
y por fin la tienes que arrancar,
pues ya te das cuenta que solo te hirió.

Usa mi fuerza y defiende tu mente,
para así poder erigir tu bastión,
y déjame absorber el mal que arremete,
contra tus muros aún en construcción.

Ahora sonríe, amiga mía,
que espero ayudar con esta poesía,
pues posees la fuerza que necesitas,
para romper tus cadenas malditas.

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